En la última encuesta pidieron entrevista a alguien que interpretara entregas de premios, así que salimos con la caña… ¡y pescamos a Sebastián Pinardi!, ¿qué tal? Somos tan genias…
Sebastián es locutor, actor de doblaje y músico, oriundo de Argentina, pero actualmente vive en Miami. Estudió locución en el Instituto de Enseñanza Radiofónica de Argentina (el famoso ISER) después de vagar por varias carreras y no terminar ninguna, porque su mamá y su tía siempre le decían «qué voz de locutor que tenés». (Cuando lo escuches vas a ver que siempre hay que hacerles caso a las mamás y a las tías).
Sebastián fue la voz de los Premios Gardel 2020 y también participó de programas para señales de Discovery Networks, NatGeo, Deutsche Welle, entre otras, así como también puso su voz en doblajes para series y películas de Netflix, Disney y otras plataformas. Además adapta y corrige textos para el doblaje de diversas series y películas.
Desde hace tres años viene realizando la interpretación simultánea para las señales TNT, Warner y Cartoon Network de eventos como las entregas de premios Óscar, Globos de Oro, Billboards, Critic’s Choice y otros.
La pregunta del millón, como decimos en argento puro, es: ¿cómo llegó a su vida esta oportunidad de interpretar en entregas de premios? Porque, como aclara de entrada, él no es traductor ni intérprete. Pero sí tiene una larga trayectoria como actor de doblaje en Argentina, y acá es bastante común que algunos estudios «ahorren» en el rubro de traducción y adaptación, por lo que los actores están acostumbrados a adaptar los textos que tienen que grabar, y hasta se dan cuenta al oír el original de que van a tener que meter mano en los diálogos. Y todo se hace en el momento de la grabación. Un entrenamiento bastante interesante para meterse a interpretar, ¿no?
La oportunidad de ingresar al mundo de la interpretación vino a través de un amigo del medio que le dijo que en Turner estaban buscando intérpretes para las ceremonias de entregas de premios que se transmitían en algunas de sus señales. Él enseguida le dijo que no porque no era ni traductor ni intérprete, pero su amigo le contestó: «Yo te anoto». ¡Y no le quedó otra que ir a dar la prueba! La prueba fue sobre una grabación de Miss Universo, metió la pata y lo arregló en el momento (te vas a morir de risa con la anécdota de los pantaloncillos), ¡y quedó seleccionado!
La moraleja de todo esto es que no siempre importa el fallo sino la facilidad con la que te reponés y seguís. Y la experiencia y el entrenamiento que uno lleva consigo, que vienen a salvarte las papas cuando más lo necesitás.
Cuenta Sebastián que una de las ventajas de este tipo de trabajos es que, en general, una gran parte del evento está guionada y ensayada, por ejemplo, lo que dicen las personas que conducen o las que presentan una categoría. Claro que también hay otra gran parte que los intérpretes no conocen de antemano y son los discursos de los ganadores. Y aunque cuenta Sebastián que la mayoría dice más o menos lo mismo, cada tanto aparece alguien que aprovecha la ocasión para expresarse largo y tendido sobre algo. Ahí es donde entra en juego la improvisación y toda la experiencia profesional para resolver en vivo. Sebastián menciona que ahora, además, se suma la complicación de Zoom (la conexión, los acentos de personas de distintas partes del mundo que a veces no se entienden, etc.). También confiesa que aprovecha su experiencia como actor, y si lo siente y le sale, pone alguna voz loca según la ocasión (por ejemplo, un dibujito animado).
Entre las aptitudes necesarias para hacer un trabajo así en vivo, para tantas millones de personas, Sebastián resalta que es necesario tener mucho temple, saber cuándo callar, tener capacidad de resumen, y saber que siempre alguien te va a odiar. (No abras el Twitter al otro día, ¡no lo abras!).
Rememorando a la señora que escuchábamos interpretando en los Óscar cuando éramos chicos, Sebastián resalta que hoy en día es más sencillo hacer el research que necesites antes del evento, por ejemplo, buscar cómo se pronuncia el nombre de algún rapero. Además, los guiones llegan con anticipación para poder prepararte, aunque también sufren cambios constantemente y eso lo obliga a asimilar cambios de último momento. Un trabajo adrenalínico, sin dudas, que encaja perfecto con su personalidad inquieta, dice, aunque confiesa que siente que le «sale humo del cráneo».
En cuanto a su aprendizaje en esta carrera, cuenta que el ámbito del doblaje es muy lindo y que se generan muy buenos vínculos, pero es un camino duro que requiere de mucha insistencia, perseverancia y mucha paciencia para manejar la ansiedad que genera que la agenda esté vacía. Yo diría que, al final, no es tan diferente a lo que nos pasa a traductores e intérpretes, ¿no?
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