Natalia Abarca es bióloga y tiene una maestría en Gestión Costera de la Escuela Superior Politécnica del Litoral de Ecuador. Trabajó en Sudamérica en gestión costera por más de diez años y en 2006 se mudó a los EE. UU. donde comenzó a trabajar como traductora e intérprete para el Departamento de Educación de Orange County, California.
Natalia cuenta con más de 20 años de experiencia trabajando en programas educativos a nivel nacional e internacional. Ella organiza y lidera el Consorcio multilingüe del Departamento de Educación de Orange County, una red profesional que apoya los servicios de traducción e interpretación de calidad en las escuelas.
Además, Natalia es capacitadora licenciada para el Community Interpreter International y socia fundadora del American Association for Interpreters and Translators in Education (AAITE).
A simple vista, el camino profesional de Natalia parece estar dividido en dos profesiones completamente distintas, pero cuando nos cuenta un poco más, entendemos todo. Natalia nació en EE. UU. pero creció en Ecuador, donde cursó sus estudios de biología marina y una maestría en manejo costero que le dio el trabajo de sus sueños. Pero se le cruzó el amor y sin dudarlo dejó todo para empezar una nueva vida en EE. UU., donde el costo de vida más elevado la empujó a buscar distintos trabajos, más allá de su especialidad. Y así fue como llegó al Departamento de Educación y se dio cuenta de lo mucho que podía hacer ahí.
Así como quien no quiere la cosa, solo por dar su humilde opinión sobre un flyer en español que tenía una gramática medio extraña, Natalia se enteró de que en el Departamento había personal bilingüe y también traductores e intérpretes. Cuando surgió la oportunidad, se postuló a un puesto de gestión en una nueva división cuyo objetivo era dar apoyo en el aprendizaje del inglés para personal bilingüe, personal comunitario, traductores e intérpretes que trabajaban con familias que llegaban a instalarse al país. Claro, el nombre del puesto parecía no cuadrar con Natalia, pero la descripción de las tareas era igual a lo que ella sabía hacer por toda su experiencia en Ecuador. Se postuló y la eligieron, y así arrancó un nuevo capítulo laboral en su vida: el Consorcio multilingüe que hoy en día tiene a su cargo.
Empezó por organizar reuniones a las que invitó a los intérpretes, a los traductores, a todo el personal bilingüe que trabajaba en todas las escuelas del condado para que fueran a hacer networking, a conversar sobre lo que hacían, para conocer sus fortalezas y debilidades, ofrecerles capacitaciones y la ayuda del condado en lo que necesitaran. Natalia dice que había reuniones para profesores de todas las materias, pero el personal bilingüe no figuraba como personal docente y no tenía esas posibilidades, así que toda esta iniciativa tuvo una excelente recepción.
Esas reuniones derivaron en un proyecto para armar glosarios multilingües en vietnamita, mandarín, árabe, español y japonés para tener cierta consistencia al momento de trabajar. Un trabajo arduo que les llevó dos años hacer porque, como explica Natalia, costaba juntar a los intérpretes de los idiomas similares para que pudieran trabajar. El consorcio desarrolló lineamientos para trabajar con intérpretes, guías, procesos y tips que se entregan a maestros, a administradores y a intérpretes en reuniones anuales que organizan también con sus jefes, donde muestran todo el trabajo que se hace en el año. Y desde el 2017, establecieron criterios para poder nominar a los intérpretes para el reconocimiento al intérprete del año del Condado de Orange. Un logro del que Natalia se siente muy orgullosa, porque es fuente de motivación para los profesionales y también un momento de celebración de su trabajo.
Por su parte, ella también se entregó de lleno a la capacitación para poder empaparse del tema en este nuevo trabajo, se certificó como intérprete médica y realizó cursos varios. Y un buen día se enteró de la existencia de la ATA, así que en cuanto pudo, fue a una de las conferencias anuales. La experiencia en la ATA fue transformadora. Tanto, que les propuso a sus jefes hacer algo así en el Departamento de Educación. Organizó una primera conferencia con apenas 2 oradores y una expectativa de 100 asistentes. Tuvo más del doble de gente y de más está decirte que la conferencia se viene repitiendo desde 2017. Ahora mismo está teniendo lugar la de este año, en formato virtual: http://ow.ly/NQjx50GetCT.
La conferencia creció muchísimo en pocos años y ahora, con la pandemia, la modalidad virtual les permite llegar a más personas (¡casi 400!), de 88 distritos escolares de todo EE. UU. y hasta de otros países. Natalia resalta la posibilidad de escuchar a oradores internacionales con experiencia en otras áreas de la interpretación y todo lo que eso nutre las profesiones de traductores e intérpretes.
Su recomendación para quienes quieran transitar el camino de la traducción y la interpretación es que se capaciten, que se metan en grupos de profesionales, que hagan contactos con colegas, que aprovechen todos los recursos que ofrecen las redes y la virtualidad, y que siempre tengan mucha flexibilidad y empatía con el trabajo que hacen. La importancia de la tecnología también es algo que Natalia destaca, sobre todo después de los desafíos que trajo la pandemia para todos, especialmente para los intérpretes.
La experiencia de Natalia es perfecta para demostrar que no importa de dónde vengas, todo lo que sos y sabés puede abrirte otras puertas.
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