¿Alguna vez pensaste cómo sería tener tu propia empresa de traducción? ¿Presidir una asociación al servicio de otros traductores y empresas? Nuestra invitada de hoy, María Gabriela Morales, ha logrado ambas cosas.
Gabriela es traductora técnico-científico literaria de inglés recibida del Instituto Olga Cossettini, en Rosario, y de francés en la Alianza Francesa. Trabajó como traductora e intérprete para diversos clientes y, entre 1995 y 2000, se desempeñó como directora de varias empresas de traducción a nivel internacional. En el año 2000, fundó su propia empresa de localización y, en 2008, fue elegida como parte del directorio de GALA. Además, es miembro fundador de Translated in Argentina y fue electa como primer presidente de la asociación.
Para Gabriela, la transición de traductora a directora de una empresa se debió, en parte, a una gran dosis de inconsciencia. Hace 20 años, una persona que conoció en un congreso la contactó porque que tenía un proyecto de traducción de 20 millones de palabras y necesitaba armar un equipo de trabajo. El proyecto consistía en traducir los manuales de instalación, operación y mantenimiento de turbinas de gas y vapor para GE para una planta que se iba a instalar en México. Dada la magnitud del proyecto y el tiempo que iba a durar, se consideró que lo mejor era crear una empresa. Así fue como se estableció la oficina de Lasoski, Beninatto & Asociados en Argentina.
Translated in Argentina también nació debido a una gran dosis de inconciencia. Hace 12 años, Renato Beninatto, gran referente de consultoría en la industria de la traducción, le sugirió a Gabriela y a un grupo de empresas de traducción dejar de competir entre ellas, unirse y competir contra otras empresas de traducción de América Latina y de países de habla hispana. Para él, debían crear una marca como Made in China, pero que se llamara Translated in Argentina.
Esta forma de colaborar, conocida como coopetition, les permitió promocionar los servicios de Argentina y a cada una de las empresas especializarse en algún tema. En el aspecto local, se logró combinar cursos de capacitación con recursos compartidos, lo cual no habría sido posible para las empresas de forma individual.
Actualmente, la asociación está abierta a todos los actores de la industria de la traducción. Todo aquel que se sienta parte de la industria de la traducción puede asociarse, entre otros: empresas de traducción, grupos de traductores, traductores autónomos, diseñadores gráficos, ingenieros de software, creadores de contenido, otros colegios, otros traductores, otras asociaciones e instituciones. Existen dos tipos de socios: los socios activos y los socios adherentes. La diferencia radica en el valor de la cuota y la capacidad que tiene el socio activo de votar en las asambleas y formar parte de la comisión directiva. Los socios adherentes no pueden votar, pero sí pueden hablar en las asambleas, y no pueden formar parte de la comisión directiva. Por lo demás, todos los socios gozan de los mismos beneficios.
En lo que respecta al futuro de la industria de la traducción, Gabriela dice que cada vez hay más contenido para traducir. La traducción automática sirve hasta cierto punto, para resolver una necesidad inmediata, pero cuando uno quiere saber realmente de qué se trata un texto necesita recurrir a un traductor profesional. Por lo tanto, los traductores profesionales tienen cada vez más responsabilidad sobre el resultado de la traducción. El traductor debe saber y demostrar cuánto vale su trabajo.
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