La lengua de señas es el puente lingüístico que permite a la comunidad sorda comunicarse con la comunidad oyente. Si bien durante mucho tiempo no tuvo el reconocimiento que merece, en los últimos años la lengua de señas se ha abierto camino y cada vez está más presente en los distintos ámbitos. En el episodio de hoy nos acompaña Rosana Famularo, intérprete de LSA.
Rosana se dedica a la enseñanza del francés y a la interpretación de LSA (Lengua de Señas Argentina) y actualmente coordina la Comisión de Intérpretes de Lengua de Señas de la AATI. Se ha desempeñado como intérprete de lengua de señas en el INAP y el INADI, y entre 2011 y 2013 participó en el equipo de intérpretes de lengua de señas a cargo de la interpretación simultánea de los mensajes del poder ejecutivo nacional. Además, ha formado parte del cuerpo docente de las tecnicaturas universitarias de intérpretes de lengua de señas de español en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza) y la Universidad de la República (Montevideo).
El primer contacto de Rosana con la lengua de señas fue cuando era muy chica. Dado que sus padres son sordos, su lengua materna es la lengua de señas y el español es la lengua que siempre usó para comunicarse con el resto de su familia. Su acercamiento a la interpretación estuvo más relacionado con su estudio del francés que con la lengua de señas, pero la transición fue muy natural. Al ya dominar la lengua de señas, solo tuvo que formarse en los aspectos específicos de la profesión de intérprete de lengua de señas.
Rosana señala que la lengua de señas existe hace muchísimo tiempo y que siempre hubo intérpretes o personas que ayudaban a comunicarse a las personas sordas con las personas oyentes. Lo que sucede en este último tiempo es que empezaron a verse con más frecuencia intérpretes de lengua de señas en espacios gubernamentales, no gubernamentales, escuelas y en la televisión. Esta mayor relevancia o reconocimiento en la actualidad se debe en parte a que se ha comenzado a darle más reconocimiento a la diversidad y se promulgaron leyes que establecieron y fortalecieron el concepto de “accesibilidad”.
Otro factor que contribuye a su mayor protagonismo reciente son las investigaciones que se han hecho sobre la lengua de señas. Al tratarse de una lengua de expresión y configuración gesto-espacial y percepción visual, fue necesario estudiar sus componentes para poder ser reconocida como lengua. Una consecuencia natural de esto fue el desarrollo de mayor formación universitaria. La Universidad Nacional de Cuyo fue la primera universidad argentina en incorporar la tecnicatura hace 10 años. Actualmente, se trata de una formación presencial de pregrado con 3 años de duración en los que se trabajan aspectos específicos de la lengua de señas y del español: técnicas de interpretación, técnicas de investigación, etc. Además, dentro de la carrera está previsto el trabajo de voluntariado, acompañar a personas sordas en distintas situaciones, etc. como si fueran pasantías presenciales.
Para cerrar, Rosana es optimista con respecto a los avances que ha observado durante los últimos 10 años. El nivel de consciencia de la población es cada vez mayor y prevé que, en adelante, el ritmo de los avances continuará creciendo.
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