Los alimentos, y los platos que con ellos se crean, son muy representativos de las regiones y las culturas de los distintos lugares. Por ello, al traducir cartas, recetas o cualquier tipo de material gastronómico, los traductores se enfrentan a un gran reto. Teresa París Pombo es especialista en esta rama de la traducción y su profundo amor por todo lo relacionado con lo culinario es evidente con solo escucharla.
Ella posee un grado en letras modernas de la Universidad de Ginebra y una licenciatura en administración de empresas con especialidad en empresas turísticas del ramo de alimentos y bebidas. Teresa se crió principalmente en Ginebra, Suiza, y el trabajo de su padre le brindó la oportunidad de vivir y pasar largas temporadas en diversos países. Su firme creencia de que a través de los alimentos y de su cocina cada pueblo expresa su arte y cada persona su amor la han empujado a través de los años a profundizar y explorar el maravilloso universo de la gastronomía internacional y especializarse en la traducción gastronómica.
Teresa estuvo en contacto con la gastronomía, los idiomas y la traducción desde muy pequeña. Su padre formó parte del primer equipo de traductores de la OMS y ella creció bilingüe en idioma francés y español. Además, en la escuela aprendió alemán e inglés. Su padre, amante de la buena mesa y el buen comer, cocinaba mucho en casa y, entre otras cosas, le enseñó a ella a catar el vino cuando tenía 13 o 14 años.
El traductor gastronómico se enfrenta a diversos desafíos al momento de traducir. Ella comenta que los cortes de carne, por ejemplo, varían muchísimo de país a país y son casi imposibles de traducir. En el caso de las recetas, además de conocer los ingredientes y saber con qué pueden reemplazarse en caso de no existir en una determinada región, el traductor debe estar muy familiarizado con las conversiones. Las recetas anglosajonas suelen utilizar grados fahrenheit y usar medidas tales como teaspoon, tablespoon, etc., en cambio las europeas utilizan grados Celsius y usan medidas tales como litros, centilitros, etc. No estar familiarizado con las conversiones puede dar lugar a errores muy graves.
Existe una gran variedad de material gastronómico para traducir, sin embargo, las traducciones que a Teresa le brindan menos satisfacción son indicaciones geográficas, registros, fichas de productos, etiquetas, etc. A pesar de esto, reconoce que este material representa alrededor del 60 % de la fuente de trabajo de un traductor gastronómico. Por otro lado, afirma que, dadas las numerosas traducciones tragicómicas que todos vemos en las cartas de los restaurantes, cada vez son más los que están encargando la traducción de sus cartas a traductores profesionales.
Teresa ha adquirido muchísima experiencia y conocimiento con el paso de los años y actualmente dicta cursos que le permiten compartir todo lo aprendido y transmitir su pasión por la cocina y los idiomas. En ellos no solo enseña a los alumnos sobre la traducción gastronómica como tal, sino que da un panorama completo sobre todo lo que hay que saber para ser un verdadero especialista. En el caso del curso de traducción vitivinícola, este aborda temas tales como el origen del vino, su elaboración, el cultivo de la vid, las variedades de uvas, cómo se guarda el vino, cómo se comercializa, etc. Quienes estén interesados, pueden obtener más información sobre los cursos aquí.
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