La traducción audiovisual es una de las ramas de la traducción en la que más se ha visto reflejado el avance de la tecnología. Las cintas VHS y los guiones de películas impresos en papel han quedado en el pasado para dar lugar a los DVD y, más recientemente, los FPT. En este episodio entrevistamos a Alejandra Tolj, quien ha visto de primera mano cómo ha evolucionado la forma de trabajar en este campo.
Ella es traductora literaria técnico-científica y tiene casi veinte años de experiencia. Comenzó su recorrido como traductora audiovisual traduciendo guiones televisivos de Telefé al inglés para exportación. Tradujo además novelas eróticas en papel para España y luego decidió dedicarse exclusivamente a los subtítulos y al doblaje. Durante dos años trabajó para Netflix en varias de las etapas de control de calidad y como traductora. En la actualidad, trabaja para importantes agencias dedicadas exclusivamente a la traducción audiovisual. Asimismo, es creadora y administradora de la página de Facebook Yo, traductora.
Alejandra comenzó haciendo traducciones audiovisuales al inglés de novelas argentinas que se transmitían en Telefé y que se exportaban para luego ser traducidas nuevamente a otros idiomas. En aquella época, debía ir a buscar las cintas VHS y los guiones impresos a la oficina. Entre las novelas que pasaron por sus manos se encuentra Yago, pasión morena; Verano del 98; Chiquititas; Muñeca brava; etc. Estas traducciones no solo resultaban desafiantes por la naturaleza del formato, sino que además tenían muchísimas referencias culturales locales. “Era raro traducir sabiendo que después eso se iba a retraducir a otro idioma”.
Como responsable de calidad en traducciones audiovisuales, Alejandra observa que uno de los errores más comunes que cometen los traductores es no seguir las directrices del cliente. Cada cliente tiene sus preferencias en cuanto al límite de caracteres, el ingreso del subtítulo, etc. y cuando un traductor se encuentra pasando de un proyecto a otro es muy frecuente que cometa algún error. Hoy en día hay muchísimas plataformas y software que permiten aplicar las reglas, pero la configuración la debe hacer el traductor. Para ella, hay que tener mucha cintura para adaptar la traducción y que cumpla con todos los requisitos.
En cuanto a su página de Facebook, Alejandra nos cuenta que nació a partir de un problema de traducción que se le presentó y que decidió compartir en su cuenta de Facebook personal. Esta publicación tuvo mucha repercusión y se dio cuenta de que, si bien había gran cantidad de blogs y foros profesionales, hacía falta una página que mostrara la cotidianeidad del traductor y que lo hiciera de manera divertida. Actualmente tiene muchos colaboradores que le envían contenido para compartir.
Por último, en relación con el futuro de los traductores, ellas los ve adaptándose constantemente. Desde que ella comenzó su carrera profesional las cosas han cambiado muchísimo y tiene claro que es cuestión de adaptarse a lo que el mercado necesita.
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