En el episodio 8 entrevistamos a Nahum Hahn. Nahum es traductor público y profesor de letras (UBA). En 1988, aprobó el examen de la ONU para redactores de actas literales en español, empezó a trabajar como temporero y, en 1993, ingresó como funcionario a tiempo completo. En 1999, aprobó el examen de la ONU para traductores de español y en el 2000 el examen para intérpretes. Empezó a trabajar como intérprete en la ONU y se jubiló como jefe de la cabina de español en 2017.
La verdad es que Nahum descubrió este trabajo cuando no estaba buscando trabajo. Sin querer, encontró en el diario un aviso de la ONU donde se anunciaba el examen para redactores de actas literales en español. En aquel momento, los requisitos eran: tener título universitario en traducción o humanidades, buen dominio del inglés y conocimientos básicos de francés. Decidió presentarse y, tras aprobar el examen escrito y tener una entrevista, le ofrecieron ir a trabajar unas semanas a Nueva York. En 1993, decidió mudarse a Estados Unidos.
El trabajo de redactor de actas literales consiste en preparar las actas de las reuniones públicas en los 6 idiomas oficiales de la ONU (árabe, chino, español, francés, inglés y ruso). Concretamente, lo que se hace es preparar la versión de todos los discursos pronunciados durante los debates generales usando las grabaciones de las interpretaciones como apoyo. El objetivo del redactor es presentar por escrito un documento que contenga todo.
En lo que respecta a los exámenes que debió realizar, nos cuenta que el examen para traductor incluía un texto general y uno especializado de inglés a español y de francés a español. Por otro lado, actualmente, el examen de intérprete de cabina española consiste en 3 segmentos de 10 min en inglés, un descaso y 3 segmentos en francés. Se trata de grabaciones reales y la complejidad va aumentando segmento tras segmento.
Los aspirantes a intérpretes de la ONU deben tener dominio del inglés y el francés, y contar con título universitario que incluya por lo menos un año de cursado de una cátedra de interpretación o 200 días de experiencia como intérprete de conferencia. Además, se debe estar dispuesto a lidiar con muchos acentos y velocidades.
Nahum confiesa que él no tenía formación como intérprete; su formación ocurrió mientras trabajaba. Él dice que “la realidad misma te entrena”, ya que cotidianamente se presentan muchísimas oportunidades para ampliar el conocimiento y adquirir más experiencia. En algunos casos, se debe interpretar sobre temas generales; en otros, sobre derecho mercantil internacional, límites de la plataforma continental, clonación, etc.
Los consejos que Nahum tiene para los intérpretes son: practicar mucho, mantenerse informado, conservar la calma, no frustrarse ante el primer fracaso, practicar con distintos acentos y velocidades, mantenerse ágil y exigirse.
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