81 – Fatiga mental de los intérpretes médicos – Andrea Henry

La fatiga mental es muy frecuente en los traductores e intérpretes. Sin embargo, el entorno de trabajo de estos últimos presenta un sinfín de factores y situaciones que suponen un desafío adicional para ellos y termina generando cierto desgaste físico y emocional. En este episodio entrevistamos a Andrea Henry, intérprete médica que se ha dedicado a investigar y crear una herramienta para medir la fatiga mental de los intérpretes que se desempeñan en el ámbito sanitario.

Andrea empezó su carrera en interpretación médica en 1994 como intérprete independiente, donde interpretaba principalmente durante consultas externas y en salas de parto. Después de mudarse a Atlanta, trabajó durante seis años en la gestión de departamentos de interpretación y traducción en dos hospitales. Ha recibido 130 horas de educación en interpretación médica y ha asistido a más de 30 conferencias a nivel regional, nacional e internacional. Andrea es ponente sobre una variedad de temas de interpretación médica y trabaja como intérprete de tiempo completo en Children’s Healthcare of Atlanta mientras realiza investigaciones sobre cómo medir la fatiga mental de intérpretes médicos.

Su interés por la fatiga mental de los intérpretes médicos surgió en 2007. Se encontraba en reposo en su hogar luego de una operación y decidió ponerse al día con sus correos electrónicos. Entre sus correos sin leer encontró uno de Natally Kelly, en el que preguntaba cómo medían la productividad los intérpretes. Su experiencia y perspectiva sobre el tema la llevaron a realizar una ponencia que tuvo muy buena recepción y fue el puntapié inicial de su investigación.

Después de varios estudios con grupos focales de intérpretes y encuestas anónimas, la investigación concluyó que existen 16 factores que contribuyen a la fatiga mental o la causan. Algunos de estos factores son: las interrupciones, cuando las personas utilizan un idioma híbrido (espanglish), cuando tienen acentos particulares o impedimentos del habla, tener que comunicar malas noticias o diagnósticos, tener que interpretar emociones hostiles (de un paciente enojado, por ejemplo) o cuando se trata de situaciones de maltrato o muerte, entre otros. “Es muy difícil separarse de lo que a uno le estruja el corazón y al mismo tiempo hacer el trabajo”.

A quienes se encuentran en este tipo de situaciones, Andrea les recomienda que comuniquen a sus superiores la necesidad de tomar un descanso. Para que realmente se tome conciencia y se le dé importancia a la fatiga mental no basta con simplemente decir que uno está cansado. Si no se comunica el contexto de la interpretación y los distintos factores que pueden haber ocasionado la fatiga, difícilmente las demás personas vayan a comprender lo difícil que puede haber sido una interpretación dada.

Andrea y su equipo esperan poder compartir la herramienta que han desarrollado con otros hospitales y que los supervisores tengan un mejor entendimiento de la fatiga mental de sus intérpretes. Una vez que todos comprendan la problemática, seguramente será más sencillo implementar las modificaciones necesarias para que los intérpretes se fatiguen menos.

En cuanto a su visión de los traductores e intérpretes del futuro, ella cree que estos deberán tener capacidad de adaptación, pero sobre todo deberán aprender a expresarse y a convencer a las personas de su verdadero valor. Al tratarse de un servicio intangible, las personas solo pueden comprender su importancia si nosotros les ayudamos a verla.