El comercio electrónico ha crecido muchísimo en los últimos años y cada vez son más los rubros que abren una tienda en línea para vender sus productos. Las prendas que antes solo podíamos ver en los percheros, ahora también pueden elegirse y comprarse desde la comodidad del hogar. Indudablemente, la traducción juega un papel fundamental para que las marcas de ropa puedan vender sus diseños en otros mercados. En este episodio entrevistamos a Patricia Lluberas, especialista en el campo.
Ella es traductora, correctora y revisora de textos desde el año 2006. Colabora con casas editoriales como Mc-Graw Hill Education y trabaja con empresas de moda, marketing y turismo como Louis Vuitton, IKEA, Expedia, Farfetch, TreatWell, Sephora o Houzz. Ha sido supervisora lingüística para el mercado español de Nest (Google) y ha dirigido la adaptación cultural del asistente de voz de Samsung para dispositivos móviles. Además de la traducción, dedica mucho tiempo personal (y ahora profesional) a la moda, el arte, la psicología y la literatura.
Patricia comenta que desde muy pequeña ha estado inconscientemente en contacto con el mundo de la moda. Su madre tiene un sentido de la estética y las bellas artes muy desarrollado y le transmitió una gran predisposición para todo lo creativo y artístico. En su tiempo libre le gustaba revisar páginas web, escribir para su propio blog y aprender Photoshop por cuenta propia.
La traducción para el sector de la moda llegó varios años después del comienzo de su carrera profesional y le encantó. Si bien es desafiante, lo disfruta mucho porque es sumamente creativo. Ella comenta que en general trabaja con intermediarios, ya que los clientes grandes normalmente necesitan traducir a muchos idiomas. Hay mucho trabajo para el sector de lujo y las plataformas multimarca. Estas son muy competitivas entre ellas y están constantemente intentando posicionarse en Google.
Entre los desafíos de trabajar con este tipo de material, destaca que este está muy ligado a referencias visuales y en ocasiones el cliente no las envía. Se debe ser muy curioso e investigar mucho en la web para asegurarse de que la traducción sea apropiada. También suele suceder que el texto enviado por el cliente contiene errores, no se condice con la referencia visual o viene con palabras en francés que no se han traducido al inglés. La terminología también supone un reto porque frecuentemente está ligada a las nuevas tendencias y los clientes piden que se use un vocabulario distinto para diferenciarse de otras marcas. Para ella, es fundamental tener cierta inclinación o al menos aprecio por la moda. “Si tú no disfrutas con lo que estás traduciendo, no vas a poder venderlo igual”.
Para quienes estén interesados en este nicho, Patricia dictará próximamente un curso sobre la traducción en el sector de la moda a través de AulaSic. En él, pretende presentar de qué se trata este tipo de traducción, pero no solo desde el punto de vista técnico, sino también desde lo histórico y cultural. El curso consta de cinco módulos en los que se desarrolla una breve introducción a la historia de la moda y del diseño, los productos y los tipos de traducción, la terminología, el proceso de traducción y el mercado.
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