94 – Traducir en la ONU – Juan Manuel Predreyra

Trabajar en la ONU es el sueño de todo traductor, pero ¿cómo es el proceso para llegar allí? Juan Manuel Predreyra, nuestro invitado en este episodio, lleva 13 años trabajando en la ONU en diversos roles y nos cuenta cómo es el camino que se debe recorrer para lograrlo.

Él se graduó en Traducción Pública en la Universidad de la República de Uruguay. Mientras terminaba sus estudios, trabajó como traductor e intérprete escolta en la Embajada de la República Islámica de Irán en Montevideo. Entre 2000 y 2006 trabajó como traductor y revisor en su propia agencia. En 2003 aprobó el examen de ingreso de la ONU, en 2006 ingresó como traductor y en 2013 ascendió a revisor. Además de revisar y traducir textos del inglés y el francés, durante 3 años fue coordinador y beta tester de E-luna, el programa de traducción asistida por computadora de la ONU.

Juan Manuel comenta que para ser traductor de la ONU es necesario aprobar un examen de ingreso. Este no se convoca de manera periódica, sino que únicamente cuando hay necesidad de personal. Habiendo superado el examen, el traductor queda en una lista y, a medida que surgen vacantes, se va convocando a las personas de esa lista. Los requisitos para rendir el examen son los siguientes: 1) tener título universitario, 2) tener un máximo de 56 años de edad y 3) tener excelente dominio del español y del inglés. Cabe destacar que si un traductor ingresa con un solo par de idiomas, tendrá la obligación de aprender un segundo idioma. Este idioma se elegirá en función de las necesidades de traducción que haya en el momento en la organización.

El examen tiene dos partes: una escrita y una oral. La escrita es eliminatoria y consiste en una traducción de un texto general del inglés al español, una traducción de un texto especializado y una traducción a elegir de las otras especializaciones. También es posible que haya otra sección de preguntas de corrección automática. Si pasan estas dos pruebas, hay una entrevista a distancia que incluye una prueba de traducción a la vista o un ejercicio similar y una entrevista por competencias que es bastante exigente. En esta etapa, se evalúa la capacidad de trabajo en equipo, la personalidad, el estilo de trabajo, etc.

Juan Manuel aconseja a los interesados en rendir el examen que estén muy pendientes del reloj y que no dejen oraciones resaltadas para luego volver y corregirlas ya que no tendrán demasiado tiempo. Además, sugiere que presten mucha atención al español que utilizan; este debe ser pulido, correcto y conciso. Se deben evitar las repeticiones y cacofonías. El texto debe sonar bien.

Cabe destacar que ahora el examen de ingreso también puede hacerse a distancia y utilizando todas las herramientas que el traductor tenga a su disposición. Juan Manuel también destaca que ahora es posible trabajar en la modalidad de contratista, una gran oportunidad para aquellos que no quieren desarraigarse.

Habiendo trabajado ya muchos años en la organización, Juan Manuel afirma que “al principio uno llega acá creyéndose que es Messi”. Quienes ingresen como traductores en plantilla pronto observarán que la traducción institucional tiene sus bemoles y deberán estar preparados para recibir feedback de forma constante.